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  • s5cabene

26.03 Adios Copán

A las 8 de la mañana nos dirigimos al restaurante Yax Kuk Mo, el mismo restaurante del día anterior. Mientras esperábamos a la comida, algunos aprovecharon a hacer las últimas compras en Copán.

Después de desayunar, nos subimos al autobús para ir a ver el museo del parque de Copán, por que el día anterior no habíamos alcanzado a verlo. Antes de ir al museo todavía pasamos por una sección más alejada de la ciudad arqueológica de Copán llamada Las Sepulturas, en esa zona de encontraban las viviendas de los más pudientes de la antigua Copán Maya, entre ellas visitamos la casa de un escriba el cual era tan adinerado que tenía un puente privado para cruzar el rio.

Unas 2 hora más tarde por fin llegamos al museo de Copán donde todavía vimos algunas de las estructuras más ricamente decoradas de la ciudad, sin duda lo más impresionante era la réplica exacta del templo Rosalila, la estructura que se encuentra dentro del Templo 16 en Copán.


Subimos al autobús para despedirnos de Copán y conducir sobre los últimos tramos de carretera Hondureña que nos llevaron a la frontera con Guatemala, por suerte todos pudimos pasar sin ningún problema por Aduanas y nos encontrábamos nuevamente en Guatemala. A medio viaje paramos a comer en un restaurante llamado Longarone que tenía una picona, estoy seguro que durante la comida a más de uno se le antojo ir a nadar por que afuera hacían 34 grados.

Después de comer nos subimos al autobús y continuamos nuestro largo camino hasta ciudad de Guatemala, fue un viaje muy tranquilo, por carreteras pavimentadas y muy pocas curvas, en este caso aplicó el dicho de “lo mejor queda para el final”.

Cuando ya íbamos llegando a ciudad de Guatemala empezó el tráfico así que Maya C., Aarón y Leo hicieron sus presentaciones que llevaban acumuladas desde hace tiempo. Sin duda ese fue el momento adecuado, por que hicieron que apenas y nos enteráramos de todo el atasco.

Después del largo viaje de autobús, llegamos a Ciudad de Guatemala aprox a las 9 de la noche, casi toda la parte trasera del autobús había hecho apuestas de a qué hora íbamos a llegar pero nadie adivinó, estábamos tan acostumbrados de llegar siempre 2-3 horas tarde de lo previsto que todos dijimos que llegaríamos a partir de las 10 de la noche, en este caso Luis (nuestro conductor de autobús) nos dejó bien calladita la boca.

Siendo domingo fue muy complicado encontrar algo de comer abierto, así que muchos decidieron comer la comida que ya tenían, otros nos dimos una escapada a una tiendita para comprar unas bananas y cerveza, por lo que nuestro día culminó con un picnic de las combinaciones de comida más extrañas posibles.

Muchos saludos,

Simón

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